jueves, 30 de agosto de 2012

Se me parte el corazón


Se me parte el corazón…
Se me parte el corazón cuando veo que no veo la luz al final del túnel.
Cuando se me arruga el ánimo al comprobar que la desdicha de otros se convierte en la mía.
Cuando intento escapar hacia una salida que siempre encuentro cerrada.
Cuando imagino que los colores del mundo dejan de brillar ante la turbidez de las cenizas.
Cuando las almas gemelas que una vez fueron, buscan su distancia.
Cuando los días se hacen tempranamente noches y cuando las noches de luna llena se cierran en un abrir y cerrar de ojos.

Se me parte el corazón…
Se me parte el corazón ante la desidia, la desgana y la maldad. Ante el mundo que una vez vi brillar y que ahora me produce pesadillas.
Cuando vuelvo la mirada atrás y veo una joven esperanza en un mañana repleto de infancias felices.
Cuando escucho los sollozos de aquellos que buscan vivir en paz y que gimen porque no encuentran la manera de morir en felicidad. Y busco una razón, una simple razón para pensar que mi corazón pudiera latir con la fuerza de antaño. La busco…

Se me parte el corazón con esa amistad perdida de amores ahora escondidos y ocultos, cuando siento que me apartan de un verano cálido y desbordante de mar y de sal.
Cuando, solo, entre las palabras y las hojas en blanco, creo desmayar…

Y siento que mi voz se esconde entre los latidos de éste, mi corazón, una vez enamorado.

Se me sigue partiendo el corazón, y lo hace porque siento pavor ante la infelicidad, ante la insolvencia, ante la incertidumbre, ante el pico de la montaña que deseo alcanzar pero cuya cumbre ahora soy incapaz de divisar

Hoy las noches se alargan hasta el amanecer y concluyen con la luz del día. Mientras, mis latidos, los de mi corazón, fluyen vertiginosamente al ritmo de proyectos inalcanzables, al son de canciones que una vez me sirvieron para prometerme que allí, siempre, estarías tú, uno al lado del otro

Se me parte el corazón…
Se me parte el corazón cada vez que enjuago mis lágrimas y limpio mi cuerpo bajo una ducha de agua caliente, a la vez que pienso en las flores de ese nuestro jardín ahora marchitadas; también porque el color las ha vuelto más triste, tanto jamás lo hubiera podido soñar.

Una vez quise creer que la suerte siempre estaría de mi lado, que siempre me acompañaría, como las noches de vino y rosas que viví tiempo atrás. Esa suerte, ahora esquiva, parece querer para mí un desenlace algo más desdichado, alejado de esos anhelos que una vez prometí que acomodaría en mi futuro

Se me parte el corazón…
Se me parte el corazón cuando veo los diarios, cuando escucho los llantos de niños indefensos que buscan agua donde solo hay arena y desierto; cuando leo mil noticias donde los que pintan monas se salen con la suya, donde las alimañas del poder siguen arriba y donde los de abajo se hunden en el fango y solo subsisten pisando con fuerza un lodo que día a día se hace más espeso.

Se me parte el corazón porque ya no puedo cantar, porque a veces ni tan siquera soy capaz de caminar, de dar un paso adelante, porque se me hace difícil escribir, se me hace imposible soñar y se me nublan los clores del arco iris que antes eres capaz de vislumbrar a pesar de las jornadas de nubes grises.

Y se me parte el corazón porque no soy quien fui, porque quise ser lo que no soy, porque jamás pensé que sería lo ahora soy, porque mi presente no ha sido lo que añoré en el pasado, porque mis sueños de juventud se han convertido en añoranzas en el día de hoy.

Se me parte el corazón. Se me sigue partiendo. Hoy y mañana.